Narrativa breve en Puno

Posted: domingo, agosto 23, 2009 by Walter L. Bedregal Paz in
0








Luego de un certero análisis de la nueva narrativa puneña y cursar por las corrientes teórico literarias, hasta llegar al discurso narrativo, los autores puneños contemporáneos tendrán en la Serie de narrativa contemporánea, la posibilidad de hacer conocer su gusto e imaginación que luego se convertirá en debate en torno a la narrativa nuestra.




Las causas, los orígenes y hasta cierto punto la cronología de los narradores del altiplano son difíciles todavía de fijar. Sin embargo al unir esfuerzos editoriales por un lado el Grupo Editorial “Hijos de la lluvia” y LagOculto editores que publicarán periódicamente lo nuevo de nuestra narrativa, significará que la visión hacía la consecución de los objetivos propuestos encontrarán su modo preferido de expresión. Las ediciones ya están al alcance del público lector en las principales librerías del país.




Si tomamos en cuenta una fecha clave, al año 2007, nos daremos cuenta que allí se encuentra la línea de partida de la nueva narrativa puneña contemporánea que divide la ya tradicional.




Nuestro altiplano tiene una milenaria tradición literaria, que parte desde la riqueza exhuberante de la oralidad. Si echamos una mirada de conjunto - hasta ahora-, tropezaremos, en primer lugar que , "La ciudad de los vientos", Juliaca, no estuvo exenta de una gran variedad de acontecimientos culturales; mas hoy, por su estratégica ubicación geográfica se constituye en eje económico, comercial, social y cultural.




Haremos algunas consideraciones preliminares que explicarán, en alguna forma, algo de lo que se intenta llevar a cabo en esta Serie de narrativa contemporánea, sin recurrir a la maledicencia y desdén táctico de festivales de libros y antologías que conllevan en sus antiprólogos.




La única intención es, precisamente, recoger una muestra de la literatura escrita en este lado de tierra sur-peruana, - en parte olvidada por la crítica – y siempre dispersa, que merece atención y memoria, tarea que constituye una de sus expresiones principales. (WB).






El Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto editores Anuncian el lanzamiento de la Serie de Narrativa Contemporánea, con los primeros tres títulos: Mi hermana menor/ Walter L. Bedregal Paz. Aunque parezca mentira/ Darwin Bedoya. De picnic y otros relatos/ Miguel Cáceres Calvo


Mi hermana menor
Walter L. Bedregal Paz
Grupo Editorial “Hijos de la Lluvia”
&
LagOculto Editores
pp. 52 (Lima - 2008)







Mi hermana menor, es un cuento escrito con la sencillez y la ternura de quien sabe de estas cosas que no necesitan ser secretas. Es una historia en la que la ausencia de un hermano, en este caso una hermana, hace que esté presente constantemente en cada línea, casi como un tatuaje en los huesos que celosamente escribe el otro, el hermano – ficcionado, a su vez, por el narrador – con aliento nostálgico que, sin duda, el lector reconocerá como insustituible.
Desde las primeras líneas hasta el final es posible palpar muerte, tristeza, búsqueda, decepción; drama, tensión, desolación y, sobre todo, soledad que en una coherente distribución, el autor maneja magistralmente con motivos reiterados, casi obsesivos por su reincidencia y su manera de estar o aparecer en el texto. Una historia de ficción como esta es humana y, reiteramos, casi confesional. Los reinos de la esperanza comienzan a fluir en cada página continuada, como hilo invisible e irrompible, conduciéndonos con asombro a través de un sueño ininterrumpido hasta aquellas imágenes o evocaciones que traspasan los intrincados vericuetos de nuestra memoria.




Darwin Bedoya







Aunque parezca mentira
Darwin Bedoya

Grupo Editorial “Hijos de la Lluvia”
&
LagOculto Editores
pp. 64 (Lima - 2008)






Aunque parezca mentira, muestra la vitalidad de la perniciosa falsedad de la ilusión. A veces la delgada línea que las divorcia, a la realidad y a la mentira, parece desaparecer en los matices articulados en este universo narrativo de lenguaje transparente y llano que amalgama cada historia, cada frase, cada palabra. Esta perniciosidad es permisible, primero por la brevedad de los relatos y, por el protagonismo que se va ganando, poco a poco, la voz del narrador que, a la vez, se constituye en el personaje principal del libro.
En este conjunto de textos breves, la composición de los puntos de vista nos procuran una visión panóptica del, a veces, intrincado discurso textual que a menudo se desdobla en una polifonía de quiebres de planos, de enunciaciones y transposiciones cronotópicas que se condensan, con una muy acendrada frecuencia, en el final estructural del relato: el clímax. Sucede esto con mayor notoriedad en Variaciones mínimas, mientras que en las dos partes finales, no se dan los mismos efectos, al menos no con la misma frecuencia.




Gustavo Alonso de Mora Fernández











De Picnic y otros relatos
Miguel Ángel Cáceres Calvo
Grupo Editorial “Hijos de la Lluvia”
&
LagOculto Editores
pp. 64 (Lima - 2008)






Sé que la mirada y atención de los lectores, especialmente del altiplano nuestro, han estado centradas en la poesía escrita por las hornadas contemporáneas, sin embargo la narrativa estuvo un tanto alejada de la puesta en escena, casi como desplazada de nuestras costumbres literarias, a pesar de trabajos que encontramos de las voces diríamos mayores (el caso de Feliciano Padilla, como solitario narrador considerable). Los antecedentes y el momento narrativos, en este caso del cuento, no tendrían mayores referentes, los textos cuentísticos que se conocen son realmente escasos por dos cuestiones fundamentales: valía de los textos y medios de difusión. Estas pueden ser tal vez las explicaciones de que haya pocos cultores considerables de este género.
En estos tiempos publicar cuentos es un acto heroico, y si uno está enamorado de este género literario, no tiene otro camino que destruir los textos una vez escritos o – como decidió en algún momento Miguel Ángel Cáceres Calvo – difundir sus trabajos en forma tan compleja como esta, en De picnic y otros relatos.




Walter L. Bedregal Paz